Es la tendencia que poseen algunas personas o empresas a rechazar a las personas que tienen características diferentes por miedo a ser superados.

Estamos en una sociedad cada vez más competitiva, donde en ocasiones se castiga la diversidad y divergencia. Y precisamente en este ambiente el Síndrome de Procusto campa a sus anchas. Pero, ¿qué es el Síndrome de Procusto? ¿Qué tipo de personas lo padecen? Lo vemos a continuación.

El mercado laboral, cada vez más saturado, precario y exigente, demanda numerosas habilidades y competencias a sus trabajadores. Pero también existe una tendencia ‘uniformizadora’ que anula a las personas que despuntan en determinadas habilidades o talentos. Aquí entra en juego el denominado como ‘Síndrome de Procusto’.

Este tiene procedencia mitológica, y en la actualidad describe la tendencia que poseen algunas personas, empresas o sociedades completas a rechazar a las personas que tienen características diferentes a las propias por miedo a ser superados o cuestionados por ellos. O lo que es lo mismo, la divergencia está mal vista, reprimida y castigada por medios diversos.

Las personas que muestran actitudes discriminatorias o ejercen  cualquier tipo de acoso padecen este síndrome. Estas sienten amenazada su posición o su poder y lo que hacen es presionar a las personas de su alrededor a través de su conducta. Buscan que se alineen con la homogeneidad del ambiente, criticando su creatividad y poniéndoles límites.

Este síndrome lo manifiestan tanto personas narcisistas y con autoestima exagerada que se sienten superiores al resto, como personas inseguras que consideran tener menos capacidades que los demás. Lo normal es que tengan un alto nivel de frustración y poca sensación de control, así como una autoestima volátil. Las que se sienten superiores tratan siempre de perjudicar a todos aquellos que despunten, mientras que los más inseguros creen que su punto de vista es el correcto y que el resto deben adaptarse a él.

El Síndrome de Procusto puede darse en cualquier ámbito vital (personal, académico), pero hoy nos queremos centrar en uno especialmente preocupante y evidente: el laboral. Aquí los afectados pueden ver mermada su capacidad de actuación y desarrollar serios conflictos.

El trabajador que tenga este síndrome intentará perjudicar a las personas que sobresalen, apropiándose de sus méritos, controlando al sujeto, extendiendo rumores para desacreditar su valoración, menospreciando sus aportaciones, etcétera. Para la empresa supone un fenómeno muy negativo, ya que lastra el desarrollo de las capacidades de los empleados más brillantes, a la vez que desaprovecha los recursos de la propia empresa. Además el Síndrome de Procusto es enemigo del trabajo en equipo, generando tensiones e incluso problemas de salud.

*Fuente de la información ‘Ticbeat’.

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