Se trata de un mecanismo de financiación a corto plazo que permite aumentar la liquidez económica mediante la cesión de las facturas impagadas a una entidad financiera.

Los autónomos y pymes deben enfrentarse a infinidad de retos a diario, siendo uno de los más importantes el cobro de sus facturas. Aunque lo normal es, previamente, establecer unas condiciones de cobro, el modo y la fecha en que se producirá el pago es una incógnita . Según la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos el abono de las facturas se realizó, en el primer trimestre del año, en un periodo medio de 84 días (un plazo que supera por triplicado el máximo permitido por la Ley de Morosidad).

Esos retrasos en el cobro de sus facturas tienen graves consecuencias en la liquidez económica de los pequeños empresarios. Y para ayudar a paliar ese problema nació el conocido como factoring o factoraje.

El factoring es un método que consiste en la venta de las facturas impagadas a una entidad financiera denominada factor. Esta abona de inmediato al proveedor una cantidad acordada (ligeramente menor al total de la factura), y después la entidad gestiona el cobro con el deudor y recibe el importe completo.

En cuanto a las modalidades de este mecanismo de financiación, son varias las que existen:

  • Factoring sin recurso: es el que suele darse en la mayoría de los casos, y aquí la entidad financiera asume el riesgo de insolvencia del deudor.
  • Factoring con recurso: el proveedor es quien debe responder si el deudor se declara insolvente. Resulta más económico para el empresario, puesto que no cede el riesgo de impago.

En cuanto a las ventajas e inconvenientes de este sistema, la principal ventaja es que permite anticipar y asegurar el cobro de las facturas vencidas, a la vez que proporciona liquidez inmediata con la que poder hacer frente a posibles deudas, reducir las gestiones y mejorar la planificación de la tesorería.

Por el lado de los inconvenientes el factoring, como la gran mayoría de mecanismos de financiación, supone un gasto para el negocio. Además si el empresario se acoge a la modalidad con recurso y el deudor acaba por declararse insolvente, deberá responder por él.

Por último, pero no por ello menos importante, hay que valorar que no todos los trabajadores autónomos y pymes tienen la posibilidad de acogerse al factoring. Para que la entidad financiera acepte la cesión es necesario realizar infinidad de trámites que acrediten la validez e integridad de los documentos (este proceso se simplifica bastante con la factura electrónica, puesto que la tecnología garantiza la inviolabilidad del documento).

*Fuente de la información ‘Infoautónomos’.

Share This