La curva de Phillips ha tenido como objetivo el mostrar la relación entre desempleo e inflación salarial en los últimos 50 años. Por regla general la caída de la tasa de paro suele conducir a un incremento de los precios, como consecuencia de las subidas salariales y del aumento de la demanda agregada. Sin embargo esta relación vigente durante décadas parece haber desaparecido en los últimos años.
En la actualidad el precio del trabajo del hombre (salario) debería estar subiendo como la espuma, y con ello la inflación. Pero nada más lejos de la realidad. Los salarios nominales no responden a las señales del mercado laboral, y los precios siguen dormidos: la curva de Phillips no está, se ha aplanado.
Por todo ello es importante preguntarnos qué está pasando para que se haya roto esa relación entre desempleo e inflación salarial. Los expertos esgrimen varias hipótesis que pueden explicar este cambio, siendo una de ellas que la realidad del mercado laboral es muy diferente a la que muestra la tasa de paro. Las tendencias recientes evidencian un aumento del empleo a tiempo parcial, del auto empleo y del trabajo temporal. Y todo ello tiene que ver con el fallo a la hora de pronosticar el crecimiento de los salarios.
Otra posible explicación sostiene que la curva de Phillips podría haberse agachado, es decir, mantiene su forma pero se encuentra en su punto más bajo (debido al descenso de la tasa natural de desempleo, un mayor control de la inflación o cambios en las expectativas sobre el crecimiento salarial real).
La propia crisis también ha podido modificar el comportamiento de trabajadores y empleadores, algo que podría explicar que ahora las economías resistan unas tasas de paro más bajas sin que se produzcan fenómenos inflacionarios. Además la mayor credibilidad de los bancos centrales en Occidente puede haber anclado las expectativas de inflación de los agentes.
Por tanto que la curva de Phillips se encuentre en un punto más bajo no tiene porqué significar que la relación entre desempleo y salarios es menor, sino que esta relación se produce con una tasa de paro inferior a la de décadas anteriores. Pero si la curva pasa a ser una línea horizontal la cosa es diferente, ya que de esta forma sí se reduce la sensibilidad del crecimiento de los salarios y el desempleo a todos los niveles.
Los expertos en la materia afirman que una hipótesis convincente que explique todo esto es que los trabajadores, asustados tras la profunda crisis económica vivida, temen exigir promociones o buscar trabajos mejor pagados. Y esto es una realidad. Es habitual escuchar la expresión ‘soy feliz sólo por tener un trabajo’, y esa mayor sensación de inseguridad puede haber cambiado la percepción de los trabajadores sobre su poder de negociación. Como consecuencia de ello se ha aplanado la curva de Phillips, pudiendo incluso arrastrarla a un punto más bajo.
El mercado también puede estar desvirtuándose por la escasez de mano de obra en ciertos sectores, algo que contrasta con la abundancia en otro sectores que requieren una menor cualificación o en los que la demanda de trabajadores es menor.
Pero, ¿y si la curva de Phillips no existe? Esta es la ultima explicación esgrimida por los expertos. Aunque esta relación en desempleo, salarios e inflación ha funcionado en los últimos 50 años perfectamente, no se pueden excluir otras posibilidades.
*Fuente de la información ‘El Economista’.
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