La CEOE ha publicado un informe sobre recaudación tributaria y empresarial, y en él se afirma que Hacienda alcanzará, este año 2017, la mayor recaudación de su historia por IVA, IRPF e Impuestos Especiales. O lo que es lo mismo, los contribuyentes pagarán más que nunca por estas figuras impositivas. Además en dicho informe también se aprecia que gracias al impulso de estos impuestos la recaudación tributaria total está muy cerca de alcanzar su máximo histórico.
La cifra de recaudación se prevé que roce los 199.000 millones de euros (el máximo hasta el momento data de 2007, con poco más de 200.000 millones, y si no se llega a ese número es porque el Impuesto de Sociedades aporta unos 20.000 millones menos que antes de la crisis). Sin embargo esta caída del Impuesto de Sociedades se ve compensada casi en su totalidad por la aportación de los ciudadanos a través del Impuesto de Valor Agregado (IVA), el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y los Impuestos Especiales (los que gravan el tabaco, alcohol, electricidad, hidrocarburos, etcétera).
La figura que más aporta, en términos de recaudación, es el IRPF, alcanzando este año casi los 77.000 millones de euros. En cuanto al IVA en 2017 se prevé recaudar 67.883 millones, o lo que es lo mismo, un 21,5% más que en 2007. Por último los Impuestos Especiales recaudarán, previsiblemente, 20.325 millones. Además todos estos datos están en línea con los que ya ofreció el Ministerio de Hacienda en la previsión de ingresos que hizo para este año.
Los números de Hacienda y de la CEOE también coinciden en que los ingresos del Impuesto de Sociedades no se han recuperado del desplome que sufrieron durante la crisis económica. Y el motivo de esta lenta recuperación obedece, según los expertos, a la bajada del tipo de gravamen (que actualmente es de un 25%), así como a la bajada de beneficios empresariales.
El Gobierno, para intentar atajar esta situación, ha aprobado numerosas actuaciones en los últimos años. Sin embargo la continua adopción de medidas de urgencia en materia tributaria es incompatible con la mínima seguridad jurídica exigible por cualquier inversor.
Por su parte, y ya a modo de conclusión, la Confederación Empresarial critica que la presión fiscal empresarial española está, hoy en día, al nivel que la media europea. Elevar el Impuesto de Sociedades sin reducir otros tributos supone que nuestras empresas pierdan competitividad, a la vez que se retrae la inversión y se reduce a medio plazo la recaudación (consiguiéndose así un efecto contrario al deseado).
*Fuente de la información ‘El Mundo’.
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