Recientemente hemos conocido una nueva normativa europea (PSD2) cuyo objetivo primordial no es otro sino contribuir a un mercado europeo de pagos mucho más integrado y eficiente, donde se mejore la igualdad de condiciones entre proveedores de servicios de pago, proteger a los consumidores e incrementar la seguridad.

Esta legislación es un pasito más para conseguir un mercado único digital en la UE. Impulsará el desarrollo de pagos innovadores inline y con el móvil, algo que beneficiará a la economía y al crecimiento. Igualmente se prohíben los cargos adicionales en los pagos que se realicen con tarjetas de débito y de crédito tanto en comercios tradicionales como en Internet. Según estima la Comisión Europea esta prohibición afecta al 95% de las tarjetas, y permitirá un ahorro para los consumidores de más de 550 millones de euros al año.

Otro aspecto que se modifica es la responsabilidad de los consumidores en casos en los que se ha realizado un uso no autorizado de la tarjeta. Excepto en casos de fraude o negligencia grave, la cantidad máxima que tendrá que pagar el consumidor será de 50 euros (frente a los 150 euros de la actualidad). Además la nueva legislación europea introduce medidas reforzadas de seguridad en el inicio y proceso de pagos electrónicos.

A este respecto los proveedores estarán obligados a aplicar la llamada autentificación reforzada del cliente (SCA, siglas en inglés) cuando un pagador inicie una transacción. Con este proceso se valida la identidad del cliente sobre la base de dos o más elementos de validación, tale como un número PIN, la huella dactilar, una tarjeta específica del usuario, etcétera.

La normativa también va a regular el acceso de terceros a proveedores a las cuentas bancarias de sus clientes, aunque siempre con la autorización del titular de la cuenta. Estos proveedores son los que han surgido durante la última década en el ámbito de los pagos por Internet para ofrecer soluciones o servicios de pago a sus clientes.

*Fuente de la información ‘La Sexta’

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