El nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos será de aplicación directa a todos los países miembros de la Unión Europea a partir del próximo 25 de mayo. Esta, además de derogar la normativa vigente, incorpora una serie de novedades, y hoy nos vamos a centrar en la aparición de la figura del Delegado de Protección de Datos (DPO).

Las empresas manejan, cada día, un gran volumen de datos personales, y tenemos que tener en cuenta que el desarrollo de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación facilitan que esos datos personales circulen por la red de forma rápida e incontrolada. Esto nos permite un fácil acceso a los mismos, pero a la vez también conlleva un mayor riesgo a la hora de producirse situaciones que puedan perjudicar al honor y a la imagen de las personas.

Y precisamente por lo comentado surgió la nueva Ley de Protección de Datos Personales, la cual será de obligado cumplimiento para aquellos que crean y traten ficheros con datos personales (tanto en soporte informático como en papel).

El activo más importante con el que cuenta una empresa es la información, siendo vital el saber gestionarla correctamente. Por eso resulta conveniente desarrollar las competencias necesarias para afrontar el reto que supone su uso seguro, eficaz y eficiente de todas las posibilidades que ofrece la transformación digital.

En este marco la figura del DPO va a ser la máxima autoridad de las empresas en materia de Protección de Datos, pero necesitará de una formación y experiencia acreditada para poder desempeñar sus funciones de forma adecuada (existe un Master de DPO). Las empresas podrán requerir los servicios de un DPO para dar cumplimiento a la nuevas exigencias normativas en materia de Protección de Datos.

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