Existe un movimiento a favor de una renta básica universal (RBU) que está ganando fuerza en España y en todo el mundo. Sus defensores afirman que esa sería la fórmula más eficaz para combatir la pobreza, garantizar la dignidad humana y crear sociedades más justas. Suele tener más adeptos en la izquierda, aunque también se pueden encontrar defensores dentro del liberalismo. Pero, ¿qué es una RBU?

La renta universal es una prestación monetaria que el Estado abona a todos los ciudadanos de un país de manera incondicional y por el mero hecho de serlo. Por tanto no se exige que la persona justifique que no tiene recursos para cobrar la renta básica, lo que le aleja de la renta mínima que se debate actualmente en el Congreso a través de una iniciativa legislativa popular. Además la RBU se abona con independencia de la situación laboral, a diferencia del complemento salarial garantizado que propuso en la última campaña electoral el partido de Albert Rivera, Ciudadanos.

Los expertos proponen la cifra de 7.471 euros como renta universal, marcando esta cantidad el umbral de la pobreza. Así todos los mayores de edad tendrían derecho a cobrar 7.471 euros del Estado, a la vez que los menores gozaran de una asignación que ascendería a 1.494 euros.

En cuanto a cómo se financiaría esta RBU los expertos proponen la supresión del resto de prestaciones monetarias, así como una drástica subida del Impuesto sobre la Renta, apostando por un tipo único en el IRPF del 49%. La progresividad se lograría a través de la renta básica, la cual actuaría como si fuera un mínimo exento o un impuesto negativo. El reto que plantea el estudio es abonar 7.471 euros a 35,9 millones de adultos españoles y a 7,8 millones de menores. El coste bruto ascendería a 280.090 millones de euros en total.

Los defensores de la RBU reconocen que lo primero que hay que contabilizar son los  ahorros que generaría esta medida, puesto que se suprimirían el resto de prestaciones públicas monetarias, tales como subsidios, desempleo, becas. Además la RBU no supondría, en realidad, que el Estado abonará en efectivo esos 7.471 euros a la cuenta de cada ciudadano. El pago del Gobierno se limitaría a aquellos contribuyentes que les resulta un saldo positivo, es decir, que sus ingresos fueran inferiores a la renta básica.

*EJEMPLO*. Un contribuyente con un salario de 50.000 euros pagaría con el nuevo modelo el 49% por IRPF, es decir, 24.500 euros. A esta cifra hay que restarle los 7.471 euros de renta básica, lo que deja la cuota a pagar en 17.029 euros. En este caso la renta básica no se traduce en un desembolso directo del Gobierno, sino en una minoración fiscal. Sin embargo ello cambio para personas que no tienen ingresos o cuyas rentas son inferiores a 7.471 euros. Aquí el Estado si que debería realizar una transferencia monetaria a la cuenta bancaria del beneficiario.

Pero la realidad detrás de estos números es bien diferente. El modelo de RBU propuesto supone un severo castigo fiscal para, por ejemplo, los contribuyentes solteros que ganan más de 20.000 euros. Pero si en lugar de tomar el coste fiscal individual se pone el foco en la tributación por hogar las familias con hijos tienen más opciones de convertirse en beneficiadas.

La gran duda es saber qué efectos tendría la renta básica sobre el crecimiento, el empleo, los salarios o la productividad. Y en función de ello habría que ver quién gana y quién pierde con la misma.

*A favor de la Renta Básica Universal (RBU).

  • Acabaría con la pobreza de golpe, siendo este el argumento más persuasivo. Los defensores de esta renta básica apuntan que la medida permitiría acabar, de un plumazo, con la pobreza de un país al dotar de recursos a todos los ciudadanos.
  • Beneficiaría a la iniciativa privada. La RBU sería algo así como el capital semilla de las startups, y cualquiera podría tomar riesgos. Ante el aumento de la productividad de la robotización y el exceso de mano de obra la RBU aparece como una fórmula para repartir, de forma más equitativa, la riqueza, así como para fomentar mayores niveles de bienestar.
  • Se escapa de la trampa de la pobreza. Al ser una transferencia incondicional no existe el temor a perder la prestación si la situación personal mejora.
  • Beneficia la libertad. Tener un colchón económico dota al ser humano de una libertad, despojándole del miedo a quedarse sin nada.

*En contra de la Renta Básica Universal (RBU).

  • Fomentaría la holgazanería, siendo una medida que fomenta el parasitismo, perjudicando ello a todo el conjunto de la sociedad.
  • Sus efectos son impredecibles. Un proyecto de este calibre también tendría efectos negativos sobre los precios, salarios, organización del trabajo, productividad, competitividad, etcétera.
  • Vendría de la mano de una subida fiscal. Abonar un salario público a todos los ciudadanos sólo es posible a través de una fuerte subida fiscal que generaría distorsiones en la economía del país.
  • Es un sistema injusto ya que permitiría a cada ciudadano apropiarse, coercitivamente, de una parte de la producción generada por otros ciudadanos. Cada individuo debe buscarse sus métodos de subsistencia, y el Estado tan solo debe asegurar una red última de protección en forma de renta mínima de inserción.

*Fuente de la información ‘Cinco Días’.

Share This