El CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas) es un sistema de numeración cuya finalidad es agrupar y clasificar todas las unidades productoras según la actividad económica que desarrollan. A cada unidad se le asigna un código numérico, y a este se le llama Código CNAE.
El objetivo de esta clasificación es establecer un conjunto jerarquizado de actividades económicas que pueda ser utilizado bien para realizar estadísticas nacionales que puedan ser diferenciadas de acuerdo con las actividades establecidas, o bien para clasificar unidades estadísticas y entidades según la actividad económica ejercida.
Por regla general el código CNAE suele ser de 4 dígitos, y se obtiene profundizando en los distintos niveles de desglose hasta llegar a la descripción que coincide con tu actividad.
Los grupos establecidos dentro del listado de la CNAE desde los que partir son:
- Grupo A: agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.
- Grupo B: industrias extractivas.
- Grupo C: industria manufacturera.
- Grupo D: suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado.
- Grupo E: suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación.
- Grupo F: construcción.
- Grupo G: comercio al por mayor y el por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas.
- Grupo H: transporte y almacenamiento.
- Grupo I: hostelería.
- Grupo J: información y comunicación.
- Grupo K: actividades financieras y seguros.
- Grupo L: actividades inmobiliarias.
- Grupo M: actividades profesionales, científicas y técnicas.
- Grupo N: actividades administrativas y servicios auxiliares.
- Grupo O: administración Pública y defensa; Seguridad Social obligatoria.
- Grupo P: educación.
- Grupo R: actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento.
- Grupo S: otros servicios.
- Grupo T: actividades de los hogares como empleadores del personal doméstico.
- Grupo U: actividades de organización y organismos extraterritoriales.
El código CNAE es obligatorio para todas las sociedades, exigiendo que empresas, instituciones financieras, Gobiernos y cualquier otro agente económico presente en el mercado europeo. A través de este código se podrá realizar un seguimiento de sus datos a fin de realizar encuestas, informes estadísticos y análisis públicos.
Las sociedades tienen que consignar este número o código en todas las escrituras de constitución y sus acuerdos sociales. También tendrá que especificarse en las cuentas anuales que hayan de depositarse en los registros públicos, siendo éstos los que los pongan a disposición de todas las Administraciones Públicas.
En caso de que la actividad económica de una sociedad cambie con el transcurso del tiempo, se deberá proceder a obtener un nuevo Código CNAE adecuado a la nueva unidad productora. De la misma forma, para validarlo habrá que acudir a un notario, y con la escritura pública que avale el cambio del objeto social y el nuevo código, acudir al Registro Mercantil para proceder a su asiento.
En cuanto a si es lo mismo el CNAE que el epígrafe del IAE la respuesta es no. La gente suele confundirlos porque los nombres son muy parecidos, pero el IAE es un tributo, un impuesto, mientras que el CNAE es una clasificación, un código numérico, sin implicaciones fiscales con mero valor estadístico. Además ambos no tienen por qué coincidir y cada uno tiene usos diferenciados. El IAE condicionará la forma en que vas a tributar, pero con el CNAE se unifican y obtienen datos para conseguir cifras comparables y fiables de todos los países miembro de la UE.
*Fuente de la información ‘Infoautónomos’.
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