Desde la aparición del Bitcoin en 2009 las monedas virtuales han estado en tela de juicio por diferentes autoridades reguladoras por su riesgo. Pero a la calle se ha trasladado otra cuestión: si las monedas virtuales son dinero, ¿puedo comprar algo con ellas? La respuesta es SÍ. Existe una iniciativa conocida como ‘Calle Bitcoin’ cuyo objetivo es promover que s pueda pagar en establecimientos locales con este tipo de monedas. En las grandes ciudades como Madrid o Barcelona ya se aplica en muchos comercios.
Cuando hablamos de monedas virtuales en el imaginario colectivo está el uso de éstas como una alternativa a invertir en bolsa, fondos, capital, bonos o depósitos. Sin embargo, a nivel global, ya hay empresas como Microsoft o Dell que aceptan el pago a través de criptomonedas, aunque de manera muy limitada.
Para la compra de bienes y servicios será cada comercio es el que decida si aceptar, o no, alguna criptomoneda como método de pago. Pero esta adopción de los comercios al bitcoin depende mucho del país, el sector, el tipo de producto, etcétera.
Una de las ventajas para el comprador es la posibilidad de hacer compras por todo el mundo de manera instantánea. Las criptomonedas son digitales y globales, por lo que no hay impacto del tipo de cambio. Si tienes Bitcoins, vas a EEUU, y quieres comprar en un comercio que acepte Bitcoins allí, tu dinero no pierde poder adquisitivo. Por otro lado, si mandas dinero de una punta a la otra del mundo, no tienes que esperar días a que pase por la infraestructura bancaria, sino que el envío de criptomonedas es inmediato.
Sin embargo, y en opinión de los expertos en la materia, aún es demasiado pronto para hablar del futuro de las monedas virtuales, así como para conocer qué niveles de adopción veremos a largo plazo. Para que los comercios tengan incentivos de aceptar este método de pago tienen que existir suficientes usuarios de las mismas. Y para que una persona particular quiera usarlas, tiene que tener muchos casos de uso en el mundo real/digital. En el futuro, la utilización y adopción irá muy de la mano de la digitalización de los medios de pago y de la tolerancia de algunos actores del sector pagos de cara a que puedan extenderse.
Sin embargo es fundamental resaltar que este activo también presenta ventajas para los comercios. Estos normalmente tienen que pagar lo que se conoce como «acquiring fees» por aceptar pagos digitales con tarjetas de débito y crédito (se los pagan a intermediarios de TPVs y emisores de tarjetas). Con las criptomonedas ya no habrá intermediarios, ya que con esa operativa no existen estos costes puesto que las transacciones se realizan directamente.
Para aumentar el uso sin esperar a que los comercios se adapten, muchas compañías están creando tarjetas y monederos que permiten tener criptomonedas y que, en el momento de la compra, se convierten automáticamente al cambio a divisa fiduciaria. Además estas sirven para comprar cualquier cosa que podríamos comprar con una tarjeta de débito normal.
*Cómo consigo criptomonedas.
Existen tres alternativas principales a la hora de adquirir monedas virtuales.
- A través de una casa de cambio especializada. Esta opción permite intercambiar monedas digitales por euros.
- Recibir un salario o pago por algún servicio con criptodivisas.
- Minar criptomonedas, siendo ésta la opción más compleja. Consiste en emitir nuevos criptoactivos y confiar transacciones en una red blockchain.
Por su parte el Bitcoin es la moneda digital más conocida y más usada en todo el mundo, pero han ido apareciendo muchas más a lo largo de los años: Litecoin, Namecoin, Ripple, Dogecoin, Ethereum, Dash, etcétera.
Sobre cómo almacenar las criptomonedas, a continuación vamos a ver algunos de los monederos de Bitcoins más usados.
- Monedero de papel. Puede ser desde cualquier papel en el que anotamos el par de claves a algo más específico como el papel impreso con códigos QR. Esta opción es la más simple de todas. Para recibir dinero basta con enseñar el código QR de la clave pública para pagar, utilizar el código QR de la clave privada. Su principal inconveniente es que se puede perder fácilmente.
- Archivo de texto almacenado en nuestro ordenador. Resulta muy práctico para realizar operaciones digitales, pero no permite calcular fácilmente la cantidad de bitcoins que contiene, y solo será seguro en la medida en que también lo sea nuestro ordenador. Si el ordenador está conectado a Internet se pueden utilizar las claves en operaciones con un simple copia y pega. El principal inconveniente, el riesgo de ser hackeado.
- Aplicación móvil. El monedero móvil nos permite gestionar nuestros bitcoins de forma sencilla a través de la interfaz gráfica de la aplicación, y es ideal para pagar en tiendas físicas como si fuera una tarjeta de débito. La seguridad dependerá de la del propio dispositivo.
Sin embargo, y aunque no existe una opción ideal, se recomienda, al menos, el uso de un monedero con conexión a Internet combinado con otro offline.
Sobre los riesgos que presentan es esencial que quien decida comprar este tipo de activos digitales o invertir en productos relacionados con ellos considere todos los riesgos asociados y valore si tiene la información suficiente para entender lo que se le está ofreciendo. En este tipo de inversiones existe un alto riesgo de pérdida o fraude, además de tener un carácter altamente especulativo.
*Fuente de la información ‘El Mundo’.
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