Los autónomos quieren pensar que la llegada de un nuevo Gobierno es una buena ocasión llena de posibilidades. Con el anterior Ejecutivo los autónomos pactaron 33 medidas en la primera legislatura, y en estos dos últimos años lograron negociar otras 22 reformas más que se aprobaron en el Congreso por unanimidad y que se recogen en la Nueva Ley de Medidas Urgentes para el Trabajo Autónomo.
ATA lleva 23 años luchando en favor de los intereses del colectivo de trabajadores autónomos, siendo su principal misión la de defender los intereses de los autónomos y lograr reformas que les ayuden en lo personal y que favorezcan el crecimiento de sus negocios.
Desde ATA ayudaron a sacar adelante el Estatuto del Trabajo Autónomo en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (un marco único en Europa), y con el anterior Gobierno de Aznar negociaron para que los autónomos pudieran cobrar la baja desde el cuarto día, por citar un ejemplo. Durante las últimas dos décadas han impulsado más de 60 reformas que han servido para poner a los autónomos en el lugar que les corresponde y para hacerles la vida un poco más llevadera.
La gran aspiración del colectivo de autónomos no es otra sino la de colaborar con el Gobierno de Pedro Sánchez para lograr arreglar muchos problemas. A continuación vamos a nombrar algunos de ellos.
En primer lugar es necesario abordar de una vez la reforma de la prestación por cese de actividad, o lo que es lo mismo, el llamado paro de los autónomos. No es de recibo que muchos trabajadores por cuenta propia estén pagando durante años su cuota para que, cuando la solicitan porque desgraciadamente han tenido que cerrar su negocio, se la denieguen porque los requisitos que se impusieron en la ley son leoninos. También es fundamental que a los autónomos les merezca cotizar por esta prestación aumentando su cuantía y duración (sin olvidar el hecho de que los autónomos no tienen derecho al subsidio de 426 euros como sí los asalariados cuando se les agota el paro).
También sería interesante poder extender la jubilación activa, que permite compatibilizar el cobro de la pensión con el trabajo por cuenta propia, a aquellos autónomos que no tienen empleados a cargo (la anterior reforma circunscribía esta posibilidad a los que tienen algún trabajador).
Otra petición de los autónomos es conseguir definir, de una vez por todas, lo que es la habitualidad para que exista seguridad jurídica y para que se sepa quién realiza una actividad por cuenta propia y quién se limita a realizar trabajos esporádicos. Junto con ello, hay que tener una especial sensibilidad para con aquellos autónomos cuyos ingresos están por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), permitiéndoles cotizar con una tarifa plana reducida.
Igualmente es esencial combatir los falsos autónomos creando un registro obligatorio en el que figuren todos los trabajadores económicamente dependientes (trades), y donde ellos mismos puedan declarar a qué empresa o grupos de empresas prestan su servicio. De esta manera se podrá controlar esta figura, que es la más utilizada por quienes pretenden precarizar el mercado laboral obligando a ser autónomos a quiénes deberían ser asalariados.
También se debería permitir a las empresa cotizar por los autónomos societarios en función de su retribución. Ello tendría un efecto beneficioso porque el autónomo no tendría que asumir ese coste y subirían las bases de cotización de muchos autónomos societarios (más de la mitad pagan la cuota mínima).
Otros aspecto es intentar acabar de una vez por todas con la lacra de la morosidad que sigue afectando a los autónomos, a las pymes y a la economía en general. El que no cobra no puede hacer frente tampoco a sus obligaciones y a sus salarios. Por todo ello es imprescindible aprobar un régimen sancionador de la Ley de Morosidad que penalice a quién habitualmente retrasa sus pagos.
Los transportistas autónomos también necesitan que se mantenga el límite actual de módulos porque, si ocurre lo contrario, ello supondría expulsar a muchos de esta actividad. También es necesario que los autónomos puedan deducirse los pagos que realizan de manera electrónica o telemática sin necesidad de factura, así como establecer mecanismos de segunda oportunidad promoviendo una ley que permita a los trabajadores por cuenta propia que fracasan volver a emprender.
Por último, pero no por ello menos importante, sería fundamental que quede fijada la representación institucional de los autónomos. Eso es algo que ya quedó estipulado en la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, y que la norma obliga a solucionar antes del próximo otoño.
*Fuente de la información ‘Abc’. Lorenzo Amor, Presidente de ATA (Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos).
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