Un buen escaparate es fundamental para impactar al viandante que pasa con prisa frente a tu comercio. Por muy bueno que sea tu producto, si no lo muestras de la forma adecuada puede que estés echando a perder todo el trabajo que has invertido en desarrollarlo (o que sus cualidades, calidad u originalidad queden en un segundo plano).

El escaparate de cualquier comercio refleja la esencia de lo que se está vendiendo, pero también de una forma de hacer, de un estilo de vida o de una filosofía comercial. Es por ello por lo que los expertos coinciden en afirmar que son 10 las claves para hacer que tu escaparate sea todo un éxito y condense todos los aspectos que quieres transmitir a tu clientela. Y para ello tiene que mostrar tus productos o servicios de la forma más adecuada, captando la atención y despertando esa curiosidad que hará que tus clientes no sólo se detengan en la puerta, sino que crucen el umbral de tu establecimiento.

1. El concepto.

Es la ‘idea’ que determinará lo que mostrarás en el escaparate, cómo lo mostrarás y los requerimientos técnicos y escenográficos que necesitarás. Existen multitud de tendencias a la hora cristalizar esta idea, desde el minimalismo más absoluto a complejas escenografías en torno a un tema determinado. Si bien el escaparatismo es todo un arte, lo más importante es que elijas el concepto que elijas, este sea capaz de adaptarse a tu producto y mostrar sus cualidades de la forma más adecuada. No es necesario tirar la casa por la ventana; basta con conocer tu producto y hacerlo atractivo a tu clientela de forma original.

2. Qué tengo que mostrar.

Éste aspecto va muy unido al anterior y determina la primera impresión que se llevará tu clientela sobre tu establecimiento. Hay quien opta por recargar el escaparate con miles de productos, y quien escoge uno o dos elementos estrella y deja que representen a los demás. Lo aconsejable es mostrar, de forma equilibrada, una selección de lo que se puede encontrar en el interior, pero dejando que cada elemento adquiera protagonismo por sí mismo. Existen productos que se venden por sí solos, pudiendo ser un buen reclamo para mostrar a su alrededor otros menos llamativos, pero que presentados de forma atractiva pueden tener mucho potencial.

3. Adapta tu escaparate a cada temporada.

La actividad comercial se mueve por temporadas y existen grandes hitos, como las rebajas, las navidades o el verano, en los que es necesaria una reestructuración del concepto para actualizarlo a cada época del año. Si bien es cierto que estos cambios son más normales en algunos sectores, los expertos recomiendan que, sea cual sea tu producto, adaptes tu forma de mostrarlo a cada momento. De esta forma conseguirás que tus clientes vean con un aire completamente renovado tu establecimiento (aunque tus productos sean más estáticos a lo largo de las temporadas).

De igual forma, si tienes una gran variedad de productos o éstos cambian de forma regular, es importantes que cambies tu escaparate cada tres-cuatro semanas. De esta forma podrás mostrar todas las novedades que llegan a tu tienda o dar salida a productos que tienes olvidados en un rincón del local pero que, con un nuevo aire y una correcta presentación, pueden atraer de nuevo a tu público.

4. Originalidad, creatividad e innovación.

Estos son requisitos indispensables para cumplir con la principal función de un escaparate: llamar la atención. El escaparate es tu carta de presentación y, cuanto mayor sea el impacto en el cliente, mayores posibilidades tendrás de que éste invierta unos minutos de su tiempo en escuchar el mensaje que quieres lanzar. Cuenta una historia, introdúcete en su espacio visual, dale pistas sobre lo que puede encontrar dentro, fomenta la curiosidad y la intriga, apela a sus emociones, etcétera. Cualquier estrategia que pueda adaptarse a tu producto o tu mensaje es válida. Sólo tienes que encontrar el elemento diferenciador de tu tienda respecto a otras y explotarlo en tu escaparate.

5. ¡Call to action! Esto es lo más importante.

Tu escaparate tiene que invitar a tus potenciales clientes a entrar en tu establecimiento. Bien sea porque les ha gustado lo que han visto, bien sea porque se han quedado con ganas de más. Aquí entra en juego el arte de la seducción, y muchas veces es mejor sugerir que enseñar o mostrar los aspectos más atractivos de tu negocio con la promesa de que encontrarán algo bueno en el interior.

Una vez conceptualizada la idea nos ponemos manos a la obra, siendo fundamental tener en cuenta una serie de especificaciones técnicas de las que vamos a seguir hablando.

6. El escaparate es la parte visible de tu tienda, tu carta de presentación.

El escaparate de tu negocio debe quedar integrado con la totalidad del establecimiento, concordar con el estilo, filosofía y diseño de la tienda, así como ser armónico con la fachada en la que se integra. No obstante, esto no ha de suponer un límite a la originalidad y no ha de entrar en conflicto con los principios de impacto y diferenciación. Recuerda que tu escaparate ha de llamar la atención y distinguirse entre los demás establecimientos que lo rodean, por lo que la disonancia, bien utilizada, puede ser un elemento ventajoso.

7. Crea sensaciones con la distribución de productos.

A la hora de elegir el lugar que ocupará cada objeto dentro del escaparate, has de tener en cuenta las líneas visuales más importantes. En este sentido, los productos colocados a la altura de los ojos son aquellos que adquirirán un mayor protagonismo, seguidos de aquellos situados a la altura de las manos. Esta línea visual da sensación de accesibilidad y es utilizada para objetos que se puedan manipular o usar con las manos. La franja situada a la línea de los pies es la menos utilizada y, normalmente, queda relegada al emplazamiento de objetos grandes o elementos decorativos. La línea visual menos efectiva es la que se encuentra por encima de los ojos y su uso es muy ocasional.

También es conveniente agrupar los productos por línea, estilo, modelo o color, de forma que facilitemos la focalización del cliente y que éste pueda hacerse una idea rápida de lo que puede encontrar en el interior. Además, si necesitas destacar algún objeto por encima de los demás, hazlo de forma inequívoca y utiliza todos los recursos para desviar la atención hacia el punto de tu elección.

Existen diferentes técnicas de composición a la hora de emplazar los productos y objetos que crean diferentes sensaciones e imágenes en las mentes de los consumidores.

  • La composición vertical o en rectángulo horizontal sugieren equilibrio y elegancia.
  • La composición horizontal alude a la placidez y al descanso.
  • Una disposición diagonal llama a la acción y empuja la vista hacia una determinada dirección.
  • Las estructuras curvas significan sensualidad y movimiento, o energía si son muy cerradas.

8. Cuida la iluminación, siendo esta clave para impactar y resaltar.

Es uno de los aspectos que, en ocasiones, pueden quedar algo descuidados pero que son de vital importancia tanto para llamar la atención, como para conseguir que los viandantes se detengan durante unos segundos frente al cristal. Puedes elegir entre la iluminación general del conjunto (en el caso de que hayas elaborado un escaparate que gira en torno a un concepto o escenografía), o una iluminación focalizada en un solo producto en un entorno minimalista.

Es importante que analices la luz natural con la que cuenta el escaparate durante el día de antes, para así decidir la luz artificial que vas a instalar. Además tienes que cuidar la orientación de la luz y la disposición de espejos para evitar deslumbrar a quien observa. Procura esconder los puntos de luz, cables, alargadores (a no ser que éstos formen parte de la escenografía).

9. Envía un mensaje con carteles, rótulos, pantallas y otros soportes.

Además del mensaje que va unido al concepto de forma inherente, muchos escaparates se prestan a la colocación de cartelería, rótulos, pantallas de led u otros elementos que la tecnología pone a nuestra disposición para enviar un mensaje al ajetreado viandante.

Aprovecha este recurso para dar una información adicional sobre productos, ofertas, horarios, promociones o, simplemente, acompañar a la escenografía y al concepto inicial del escaparate. Además, recuerda que el nombre de tu tienda también es una marca. Sitúa tu logotipo en algún lugar del campo visual del escaparate y recuerda a tus clientes el nombre de tu establecimiento.

Es importante que tengas en cuenta que la mejor zona para colocar la cartelería es la parte superior y la zona izquierda del espacio visual. Además debes tener cuidado a la hora de hacer la composición y las jerarquías visuales, buscando evitar un exceso de información o de dispositivos tecnológicos demasiado llamativos que le resten protagonismo a los productos que quieres exhibir.

10. Valora tu política de precios.

Éste es uno de los aspectos más delicados para algunos comerciantes. Para decidir sobre su visibilidad o no es necesario tomar en cuenta diferentes factores, como el rango de precios en el que se mueve la tienda, el poder adquisitivo de la clientela potencial, la existencia de una cartera de clientes fiel o una fuerte presencia de marca. Muchos clientes pueden sospechar sobre el elevado precio de los productos expuestos ante la ausencia de etiquetas. No obstante, en muchos casos puede ser un motivo de rechazo, por lo que es aconsejable mostrar los precios más representativos o de determinados objetos, invitando a preguntar en el interior el precio de otros productos que puedan resultar más caros.

*Fuente de la información ‘Infoautónomos’.

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