El mundo empresarial cambia a gran velocidad, y en una época marcada por la implantación de las nuevas tecnologías, la evolución de los modelos de negocio y la gestión de los recursos humanos, las compañías deben adaptarse a los nuevos tiempos para seguir siendo competitivas.

Todo ello queda reflejado en una estudio reciente realizado a nivel global, el cual anima a las empresas a hacer frente a nuevos desafíos, tales como el liderazgo, la gestión del talento y la incorporación de las tecnologías conocidas como disruptivas.

A menudo las grandes compañías sueñen adquirir un tamaño que, si bien beneficia a la consecución de objetivos globales y beneficios más expansivos, puede perjudicar la agilidad y la compenetración en el trabajo entre los distintos departamentos. Por ello los expertos coinciden en afirmar que las empresas deben apuntar hacia una ‘tendencia paraguas’, donde los comités de dirección tienen que trabajar desde un punto de vista ágil y colaborativo. Si nos fijamos lo que estamos buscando es poner el foco arriba del todo, de manera que los comités de dirección trabajen como una orquesta.

Hoy en día las empresas están pasando de un foco más funcional (trabajando por departamentos o incluso por silos) a un enfoque mucho más ágil y colaborativo a la hora de tomar decisiones, siendo también más transparente en la gestión de la información.

Según el informe los comités de dirección sinfónicos son la próxima etapa en la evolución continua de los modelos de liderazgo. Este nuevo modelo es necesario para ayudar a los líderes a comprender, gestionar y responder a los problemas a los que se enfrenta cualquier organización.

Otra conclusión del informe es el interés que tienen las empresas por insertar las tecnologías disruptivas dentro de las mismas, aunque falta el conocimiento a la hora de ejecutar esta inserción. Tres de cada cuatro directivos consideran la inteligencia artificial como un asunto crítico para su negocio, pero tan solo el 31% se siente preparado para afrontar dicho reto. En cualquier caso, el 42% de las compañías encuestadas confía en poner en marcha estas tecnologías en un periodo de tres a cinco años.

Por otro lado, cuatro de cada 10 compañías creen que la automatización tendrá un gran impacto en los empleos. El 61% ya está trabajando en el rediseño de puestos de trabajo en torno a estas áreas ya que, a medida que las tecnologías de vanguardia se van instaurando en el entorno laboral, se hace más necesario compaginarlas con las habilidades y aptitudes de los empleados.

En oposición a lo que la gente cree, en lugar de eliminar puestos de trabajo, las tecnologías cognitivas van a servir para crear empleos de carácter social, interpretativos y orientados al servicio, ganando importancia destrezas como la creatividad o el pensamiento crítico.

Las tres habilidades más valoradas por los directivos españoles son:

  • La habilidad para resolver problemas complejos.
  • La capacidad para gestionar recursos.
  • Las aptitudes sociales.

Aún queda mucho camino por recorrer porque, a pesar de comprender la importancia de estas capacidades, casi la mitad de los encuestados (49%) afirma no tener un plan para promoverlas dentro de su empresa.

Es fundamental tener claro que los trabajadores son el capital esencial de cualquier compañía, pero en su centro también pueden surgir riesgos derivados de la tecnologización. A día de hoy nos encontramos ante un empleado hiperconectado, reconociendo estos el crecimiento de redes sociales basadas en el trabajo (los trabajadores recurrirán, cada vez más, a la mensajería instantánea). Y todo ello acaba diluyendo las fronteras entre la franja laboral y la personal.

Sin embargo hay otra cuestión que empieza a instalarse en las preocupaciones de las empresas a nivel global: la gestión de las trayectorias profesionales de sus empleados. Aquí si que influye que las nuevas tecnologías pueden terminar con algunos puestos de trabajo, así como el hecho de que la esperanza de vida está aumentando y se está retrasando la edad de jubilación. Atendiendo a estos dos aspectos, ¿cómo pueden las empresas seguir midiendo el pulso de las trayectorias profesionales? Las empresas deben apostar, más que por una trayectoria dentro de las mismas, por un bienestar que haga que los talentos no quieran abandonar la compañía.

Hace tiempo que las compañías dejaron de ser meras entidades empresariales para aumentar su relevancia a nivel social. Así pues las compañías no pueden quedarse quietas en este sentido, siendo una gran oportunidad para que completen este vacío de liderazgo que tenemos en la sociedad. El objetivo no es otro que las nuevas compañías del siglo XXI se conviertan en organizaciones más transversales, más implicadas en el desarrollo de las tecnologías, más concienciadas del valor de sus propios empleados y más conscientes de que la sociedad las está mirando.

*Fuente de la información ‘El Confidencial’.

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