Hoy en día cada vez son más las empresas que apuestan por dar el paso de salir al exterior. Los beneficios de la internacionalización son muchos, aunque también hay que tener en cuenta los riesgos a los que se enfrentan las compañías en el extranjero.
Los expertos en la materia han elaborado una lista con las principales claves legales que deben conocer las empresas para afrontar la conquista de nuevos territorios:
- Impuestos: la fiscalidad es determinante a la hora de elegir el país al que nos dirigimos y cómo llevamos a cabo las operaciones. Decisiones como si creamos una nueva sociedad o dónde mantenemos los activos pueden hacernos ahorrar problemas y mucho dinero.
- Exit tax: en España existe un impuesto que, en determinadas condiciones (como por ejemplo si trasladamos el domicilio fiscal a otro país) nos obliga a pagar impuestos como si se hubiesen vendido las acciones. Esto es, sin duda alguna, una barrera clara a la internacionalización.
- Forma legal: el mejor momento para constituir una empresa en otro país es cuando se cumpla, al menos, una de las siguientes condiciones: que una parte del equipo ya esté en el país, que haya inversores interesados o bien cuando haya motivos legales que lo requieran.
- Motivos legales: en algunos países se necesita tener una sociedad ya creada para poder abrir cuentas bancarias, contratar personal o pagar y cobrar. Por tanto todo esto hay que analizarlo con tiempo porque, a veces, el proceso puede demorarse (con la consecuente paralización de las operaciones).
- Inversión: muchos inversores sólo invierten en compañías dentro de su propia jurisdicción. A esto se le conoce como ‘la regla de la bicicleta’, que consiste en invertir sólo en empresas a cuya sede el inversor pueda desplazarse en bicicleta desde su casa.
- Partners: a veces se necesita contar con socios locales para crear las compañías. Hay que incluir siempre la opción de recomprar las acciones y de que sea la matriz quien tome las decisiones (porque en caso de venta la empresa necesitará el control).
- Marcas: las marcas tienen carácter territorial, por lo que es fundamental registrar tu marca antes de empezar a operar en un nuevo mercado. En caso contrario podemos encontrarnos ante la situación de que un tercero la ha inscrito a su nombre.
- Promoción: las autoridades aplican su propia legislación en algunas materias independientemente de tu procedencia (juego, publicidad y consumidores fundamentalmente). Por tanto si vas a lanzar una campaña en otro país tienes que asegurarte de que conoces sus leyes, ya que muchas compañías han sido sancionadas simplemente por lanzar un sorteo promocional en Facebook.
- Tribunales: cuando se negocia un contrato entre empresas de distintos países uno de los elementos que se negocia es qué legislación aplicar y a qué tribunales nos dirigimos en el caso de que surja un conflicto. Si se utiliza la española, por ejemplo, nos vamos a ahorrar costes, ya que los abogados españoles son hasta un 80% más baratos que los abogados de la mayoría de países.
- No hay soluciones universales: no existen los contratos o condiciones legales que sirven para todo el mundo. Desconfiad cuando alguien os ofrezca una sola solución para todos los países. La internacionalización requiere entender las costumbres y los usos de cada país, y eso incluye sus leyes.
*Fuente de la información ‘El Economista’.
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