En el entorno laboral actual cualidades como la creatividad, el trabajo en equipo, el respeto, el sentido de la responsabilidad o la paciencia están muy bien consideradas. Sin embargo existe una competencia que, de alguna manera, agrupa a muchas de ellas y que facilita unas mejores relaciones y un ambiente adecuado en la oficina: la resiliencia. Este término hace referencia a la capacidad con la que cuentan algunas personas para enfrentarse a situaciones inesperadas o complicadas, a la vez que las convierten en oportunidades de cambio en positivo.
Según análisis y estudios recientes en la materia el factor emocional es una clave fundamental y especialmente valorada en el ámbito empresarial. Cuando una organización está buscando nuevos trabajadores a los que contratar los requisitos van más allá de simples aspectos técnicos o de formación, siendo los valores personales también importantes.
En el gráfico de los resultados cuantificados esta cualidad ocupa el cuarto puesto, solo por detrás de:
- La inteligencia emocional (tercera).
- El autocontrol (segunda).
- El trabajo bajo presión (primera).
Así, gracias a este valor, el personal puede enfocar los problemas de forma diferente hacia una vía más constructiva, positiva y creativa. En el ámbito laboral las empresas valoran positivamente que sus colaboradores puedan afrontar los problemas con serenidad, lo cual conduce directamente a un aprendizaje.
Los departamentos de recursos humanos y las agencias de contratación encuentran en la resiliencia un valor diferencial. Además es fundamental saber que esta competencia está formada, a su vez, de otros dos factores:
- La capacidad para resistir en una situación de gran presión.
- El valor para diseñar un comportamiento optimista y práctico, y saber así adaptarse sin aparente dificultad.
En definitiva se trata, como ya hemos comentado más arriba, de transformar situaciones estresantes y desagradables en un buen reto del que sacar algo mejor (sin modificar el ambiente de trabajo hacia uno más tenso).
La resiliencia es necesaria tanto en puestos directivos como en cargos ejecutivos, dado que en todos se dan casos de convivencia y pueden existir problemas de carácter psicosocial. Eso sí en aquellas profesiones que están en contacto directo con las personas, y especialmente con una necesidad de seguridad (como los médicos, policías, bomberos o militares, por ejemplo), contar con esta cualidad resulta fundamental porque las simples situaciones cotidianas no son como las del día a día de cualquier otro trabajador.
*Fuente de la información ‘Hola’.
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