Los Reyes Magos no son ajenos a los avances tecnológicos, y gran parte de sus compras las realizan a través de Internet. Mediante el ecommerce sus majestades se ahorran tener que lidiar con el ajetreado gentío navideño, pero sin olvidar que realizar esas adquisiciones a través de Internet no implica que no se puedan encontrar con delitos, estafas o regalos que nunca llegan.

Para poder adquirir todo con tranquilidad es esencial tener en cuenta diferentes factores en cada una de las fases de compra. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) nos da, en su guía práctica ‘Compra segura en Internet’, consejos legales para evitar el fraude en las compras online.

*Revisión previa.

Antes de realizar cualquier transacción es fundamental comprobar la información legal que proporciona el comercio en cuestión. Solo así conoceremos los derechos otorgados a los usuarios y, si se diera cualquier conflicto, sabremos contra quién se puede reclamar. 

La información de la tienda online suele aparecer en los extremos superior o inferior de la página principal, y proporciona, entre otros datos, el nombre completo de la entidad, el número de identificación fiscal, la información de su inscripción en el registro mercantil, una dirección postal y otra electrónica.

Por otro lado, la AEPD recomienda no utilizar los servicios de un comercio online que no identifiquen debidamente a su responsable. Si se tienen dudas sobre la página web y su información legal lo ideal sería consultar quién ha registrado el dominio y comprobar si es quien se identifica como titular del sitio o alguien relacionado con él.

Otro aspecto interesante es que la web en cuestión o la aplicación móvil, que recibirá información privada del comprador y datos del mismo, utilice el protocolo https, sistema que permitirá que esta comunicación se realice de manera segura. 

*Sistema de pago.

Otro de los asuntos a tener en cuenta es el método de pago de la transacción. La AEPD alerta sobre aquellos servicios que solicitan la entrega de dinero en efectivo. Si es el caso, lo ideal es renunciar a la compra o a la contratación del servicio.

Por su parte el envío contra reembolso es un método muy seguro, ya que sólo se paga el producto cuando se recibe y después de abrir el paquete y comprobar que el pedido es correcto.

En cuanto al pago por transferencia bancaria, en caso de no recibir los bienes adquiridos, se puede reclamar contra el proveedor por incumplir el objetivo del contrato. Este último sistema puede suponer riesgos de seguridad, especialmente en caso de transferencias internacionales, ya que el dinero será difícil de recuperar una vez abonado en la cuenta del receptor. Si el titular de la cuenta receptora del dinero no autorizase su devolución habría que acudir a la vía judicial.

Quizá la modalidad más utilizada en las tiendas virtuales es el pago con tarjeta bancaria. En este caso la única información necesaria para realizar el pago está contenida en la propia tarjeta de crédito o de débito. Aunque este sistema implique el intercambio online de datos bancarios es un sistema muy seguro siempre y cuando la tienda online utilice una pasarela de pago que ofrezca algún banco, y que se encargará de verificar la autenticidad de la tarjeta y de la protección de los datos del cliente. Así la tienda online, en ningún momento, dispondrá de la información financiera del usuario, lo que dota el proceso de pago de mayor seguridad.

*Después de la compra.

Después de realizar una compra el consumidor tiene derecho de desistimiento, permitiéndole dejar sin efecto el contrato celebrado sin necesidad de justificación, sin penalización de ninguna clase y sin gasto alguno (siempre que se notifique en el plazo de 14 días naturales).

Pero frente a este derecho de desistimiento existen ciertas excepciones, ya que no se puede apelar a él:

  • Por la compra de billetes de avión y tren.
  • Entradas de conciertos.
  • Reservas de hotel o alquiler de vehículos.
  • En el caso de artículos fabricados a medida.
  • Alimentos.
  • Contenidos digitales online.
  • Productos comprados a particulares.

En el caso de que el producto sea defectuoso o no responda a las características anunciadas u ofertadas el consumidor podrá optar por la reparación del bien, su sustitución, por una rebaja del precio o por la resolución del contrato con devolución del importe (salvo que una de ellas resulte imposible o desproporcionada).

*Reclamación.

La Agencia de Protección de Datos destaca que, si finalmente se considera que se ha incumplido algún tipo de normativa, es posible y legal plantear una reclamación. Eso sí, cada camino será diferente dependiendo del asunto afectado. 

– Si se trata de una reclamación en materia de consumo los órganos competentes en esta materia pueden actuar cuando se incumpla la normativa general de defensa de los consumidores.

– Si se trata de conductas tipificadas como delitos, su investigación y persecución corresponderá a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el Ministerio Fiscal y los correspondientes órganos judiciales.

– Si la reclamación se centrase en materia de protección de datos personales el organismo competente sería, en principio, la Agencia Española de Protección de Datos. La reclamación puede presentarse a través de la sede electrónica de esta autoridad nacional.

*Estafas más habituales.

Además de tomar todas estas precauciones es esencial estar atento a otros posibles peligros de los que se aprovechan los delincuentes frente a los usuarios que realizan compras online. El primero es el ‘phising’, método que busca conseguir información de los consumidores de forma fraudulenta suplantando la identidad de páginas de servicios conocidos.

La AEPD asegura que ninguna entidad con buena reputación solicitará datos de acceso a las cuentas online de los usuarios mediante un correo electrónico. Si se recibiera un mensaje así lo mejor es eliminarlo. 

El ‘carding’ por su parte es una actividad delictiva que utiliza, de manera fraudulenta, las numeraciones válidas de tarjetas de crédito o débito para efectuar compras en Internet en comercios virtuales. Por esta razón es fundamental realizar revisiones periódicas de los movimientos de las cuentas asociadas a las tarjetas y, en caso de ver algún cargo sospechoso, reclamar a la entidad y anularlo inmediatamente.

*Fuente de la información ‘Expansión’.

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