Los autónomos, como bien sabemos, llevan tiempo sufriendo problemas fiscales, los cuales no han cesado a pesar de los cambios normativos intensos de los últimos años. Algunas injusticias apenas se han tratado, como por ejemplo la forma en la que deben deducirse ciertos gastos, o el tratamiento fiscal del IVA (que sigue exigiendo al autónomo adelantar el pago de este impuestos en facturas que no ha cobrado).

La Unión de Trabajadores y Profesionales Autónomos (UPTA) ha definido este tipo de circunstancias como brecha fiscal existente entre sociedades y trabajadores por cuenta propia. 

Una de las principales reivindicaciones históricas de los autónomos es el adelanto del IVA sin haber cobrado la factura.  El IVA de caja, una fórmula de tributación para evitar el problema y de la que ya os hemos hablado anteriormente en Gómez & Moreno Asesores (https://www.gomezymoreno.com/2018/11/14/como-funciona-el-iva-con-criterio-de-caja/), no ha dado sus frutos. La consecuencia es que, a día de hoy, todos los autónomos tienen que seguir rindiendo el IVA en facturas que tardan meses en cobrar, con el desfase de liquidez que genera en el último eslabón de la cadena de pagos, que sigue siendo el autónomo.

Otra injusticia son las deducciones por gastos de suministro y manutención en los domicilios adscritos a la actividad económica de los trabajadores autónomos, la cual ha llevado a UPTA a asegurar que a los autónomos se les ha engañado recientemente.

Por todo ello UPTA ha realizado una encuesta sobre fiscalidad y autónomos, de la cual se ha extraído que la gran mayoría de los autónomos no pueden deducirse los gastos por las trabas que impone Hacienda a nivel fiscal. Y es que, aunque hay un alto porcentaje de profesionales por cuenta propia que trabajan desde casa, y que utilizan su propio vehículo para desempeñar su actividad, estos no pueden poner en la práctica sus deducciones.

Una vez tenemos claro todo lo comentado anteriormente no es de extrañar que los autónomos se vean en la necesidad de exigirle soluciones a Hacienda. En primer lugar, para aclarar y facilitar la deducción de gastos que claramente están relacionados con la actividad que se desempeña (sin poner trabas añadidas que parecen tratar de dificultar su deducción). Además está el tema del IVA, cuyo objetivo es conseguir que el autónomo no cargue en sus cuentas con el desfase entre las exigencias tributarias y los retrasos en los pagos de sus clientes.

*Fuente de la información ‘Cinco Días’.

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