La campaña de la Declaración de la Renta de este año comenzó el pasado 2 de abril, como bien sabemos. Hacienda tiene previsto recibir más de 20 millones de declaraciones, aunque resaltan que casi el 70% de los contribuyentes no tienen la obligación real de hacerlo.

A partir de los 22.000 euros al año existe dicha obligación; si ganamos menos, no tenemos porqué presenta la declaración.  

Como en casi todo en la vida, existe excepciones al respecto. La más importante es cuando el contribuyente haya tenido dos pagadores. Aquí el límite sigue siendo de 22.000 euros/año, pero siempre y cuando de lo secundarios solo se haya percibido hasta 1.500 euros. Si cobras más de ellos el umbral de rentas exentas de declarar el IRPF con varios pagadores ha pasado de 12.000 a 12.643 euros al año (si lo superamos tenemos que presentar la Declaración). 

Otros motivos que pueden obligar a las rentas bajas a presentar la declaración son:

  • Que el pagador o pagadores no hayan retenido nada.
  • Que lo que han retenido lo han hecho a tipo fijo.
  • Que hayan obtenido un rendimiento de capital mobiliario superior a los 1.600 euros.
  • Que generen rendimientos de capital inmobiliario superior a 1.000 euros.
  • Que hayan tenido ganancias patrimoniales superiores a 1.000 euros, o pérdidas de más de 500 euros.

La mayoría de los contribuyentes que hacen la declaración sin tener obligación la presentan para obtener la devolución a la que tienen derecho, aunque su aportación sea mínima.

Por último es importante que sepamos que los jóvenes menores de 25 años son el colectivo a los que les puede interesar, aún sin alcanzar los 22.000 euros anuales, hacer la declaración de la Renta. Existen situaciones especiales que pueden hacer que merezca la pena analizar la declaración, pudiendo conseguir un ingreso extra si les sale a devolver. 

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