El pasado mes de mayo entró en vigor la famosa y controvertida norma que obliga a las empresas a registrar la jornada laboral de todos sus trabajadores. Esta sigue causando quebraderos de cabeza entre los empresarios, siendo importante el asesoramiento de expertos en la materia para no tener problemas en el futuro (tales como multas o sanciones por incumplir dicha norma). 

Los empresarios lo que quieren es asegurarse que el tiempo de trabajo es efectivo, y para ello existen en la actualidad herramientas digitales que ayudan a monitorizar todo lo que ocurre. Otros como la geolocalización o la videovigilancia también llaman la atención de las empresas. 

Eso sí, debemos tener claro que existe una clara diferencia entre la videovigilancia y el control de jornada. Lo primero tiene sus límites, siendo un derecho del empresario, mientras que lo otro (control de jornada) es una norma de obligado cumplimiento. Ya será cada empresa quién decida qué métodos legales usar, los que más se adecuen a sus necesidades. 

Videovigilancia y monitorización

Esto es algo que seduce a los empresarios en un primer momento, pero su implantación es complicada, ya que deben cumplirse muchos requisitos previos a ponerlo en marcha. En primer lugar tiene que existir una “necesidad justificada, legitimada y con base jurídica”. Igualmente se deben cumplir los principios de idoneidad y proporcionalidad, es decir, no todo vale. 

La empresa debe comunicar a sus trabajadores y representantes la instalación de estos mecanismos, así como el objetivo para el que se han implantado. 

Uno de los puntos que más puertas abre para la instalación de este tipo de vigilancia es la seguridad en determinados sectores relacionados con ambientes industriales y de fábricas. Aquí la prevención y seguridad prevalecerá sobre el derecho a la intimidad, principal escollo. 

Por tanto este método como tal es totalmente legal y factible, pero no estará exento de polémica, siendo complicado calibrar la balanza. Por eso mismo muchas veces las empresas se decantan por otro método más sencillo. 

Geolocalización

Este método cada vez tendrá más peso y relevancia. Aquí, al igual que en el otro caso, también rigen los derechos de “proporcionalidad e idoneidad”, debiendo informar a los empleados si se decide implantarlo. Igualmente el empresario no podrá imponer un control de la actividad más allá de la jornada. Optar por esto es más sencillo, a la vez que cuenta con menos límites. 

Aún con todo lo expuesto, los expertos en la materia reconocen que la mayoría de las relaciones laborales están basadas en la confianza generada entre empresa y trabajador. Por tanto estos métodos no siempre resultan eficaces, ni tienen los resultados esperados, pudiendo provocar rencillas y desencuentros que se pueden evitar. 

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