Aunque la contabilidad es una disciplina que ha variado muy poco a lo largo de los años y la historia, la llegada de la partida doble sí que supuso una revolución al respecto. Dio lugar a la contabilidad moderna, tal y como la conocemos hoy en día, y la gran mayoría de países desarrollados siguen utilizándola como principal método contable. Pero, ¿por qué es tan importante la partida doble?

Por lógica, la historia de la contabilidad está estrechamente ligada a la historia de las transacciones económicas. El objetivo siempre ha sido intentar conservar el registro de la transacciones que se hagan, así como los resultados obtenidos de una actividad comercial.

Con el paso de los años la contabilidad ha ido perfeccionándose y ampliando horizontes. Cuando se comenzaron a generalizar modelos más complejos de cobros, pagos y deudas (más allá del trueque), surgió una necesidad de un método contable más complejo. Y es entonces cuando nació la partida doble en la época del Renacimiento.

El asiento contable es la base de este método, siendo el comienzo de la partida abierta. Es la forma de anotar operaciones en el diario y tiene lo que se conoce como un debe (a la derecha) y un haber (a la izquierda). De esta forma el saldo entre ellos se compensa, y la diferencia entre ambos siempre es cero.

La práctica de la partida doble la encontramos en los libros diario y mayor de cada empresa. Todos están compuestos por un activo y un pasivo, o lo que es lo mismo, un debe y un haber. 

Así, todo lo que una empresa tenga será el activo, y este debe haberse financiado con recursos propios o ajenos (patrimonio neto y el pasivo). De esta forma:

  • En el debe registraremos todos los incrementos de activos o disminuciones de pasivo.
  • En el haber aparecerán los incrementos de pasivo o disminuciones de activo.
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